La violencia: sus tipos, su base y como ayudar a prevenirla
Para la OMS la violencia es el
“uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad que tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo”.
Tipos de violencias
Podemos encontrar la violencia en cualquier lugar ; en un hogar o en el ámbito público, el lugar de trabajo, la calle, el transporte público, el colegio, etc.
Podemos clasificarla en 5 tipos, los cuales nos ayudan a identificarla y ser responsables intentando buscar soluciones.
#Física: son todas las agresiones que atentan contra el cuerpo de una persona, ya sea a través de golpes, lanzamiento de objetos, patadas, empujones, fracturas, disparos, etc.
#Psicológica o emocional: es toda acción u omisión que tiene como objetivo dañar las emociones o el autoestima, intentando degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de otras personas por medio de de distintas maneras como: amenaza, humillación, aislamiento, así como cualquier otra que perjudique la salud psicológica.
#Sexual: en este tipo se incluyen todas las relaciones o actos sexuales, físicos o verbales, no deseados ni aceptados por la otra persona.
#De género: son los actos violentos contra una persona en razón de su sexo o preferencia sexual. Es ejercida sobre cualquier persona. la salud psicológica.
#Económica: es cuando se utiliza el dinero como un factor para dominar o establecer relaciones de poder perjudiciales.
Existe una multiplicidad de factores que pueden incidir en la germinación de la violencia, sobre los cuales es necesario hacer foco en pos de construir sociedades cada vez más serenas.
Alguno de estos factores que nos pueden servir para la reflexión pueden ser:
Los cambios sociales y familiares reducen el tiempo en familia. El aumento de actividades unido a las distracciones como videojuegos, redes sociales, etc., genera que en un período muy corto, nos hayamos tenido que adaptar a un nuevo modo de relacionarnos. Donde muchas veces no se logra tiempo de calidad, de disfrute, debilitando vínculos, y sin lograr un diálogo constructivo, principalmente, con los más pequeños de la casa.
La exposición a contenidos violentos en los medios de comunicación, así como estereotipos que representan, por ejemplo, figuras agresivas que persiguen el dominio del otro. Transmitidos a través de estos medios producen de manera conciente o inconciente que los niños y los jóvenes tratan de llevarlos a la práctica con resultados muy problemáticos.
La aceptación social de la violencia como normal, por ejemplo la psicológica que es de las más comunes y naturalizadas por lo que es preciso aprender a reconocerla, así como también, la idea de ver al otro como competencia donde es necesario vencerlo, son factores también clave que no ayudan en nada a la resolución de conflictos de manera racional.
Sea por estos motivos, como por cualquier otro, lo que surge es la necesidad de una educación para la no violencia desde una edad muy temprana, que promueva la responsabilidad, el respeto y la colaboración, sabiendo que no hay soluciones mágicas a corto plazo.
¿Cómo prevenir la Violencia?
Todos creemos saber que es la violencia, pero ¿por qué la seguimos reproduciendo y cómo cambiarla?, ¿qué podemos hacer como individuo y en colectivo?. Dejamos algunos puntos que pueden ayudar con la información y la reflexión para vivir en una sociedad cada vez más justa, racional y pacífica.
- Centrar esfuerzos en la educación, educando para la autonomía, la cooperación y la empatía.
- Actuar cuando se la ve proactivamente, con empatía sin hacerse el ciego, sordo y mudo frente a ciertos actos que se nos pueden presentar.
- Tener claro que nosotros como integrantes de la sociedad, debemos también ser partícipes de cambios, que no podemos esperar a que el Estado (que es quien tiene dentro de sus funciones proteger a los ciudadanos, así como también, generar políticas proactivas de prevención de la violencia) los genere por sí mismo. Sino, aportar en lo que se pueda, de cualquier manera, que nunca está de más. Para esto es necesario salir del caldo político partidario y exigir que las instituciones con capacidad de acción y prevención al respecto, logren, no solo crear conciencia, sino también, que se logre identificar lo que funciona adaptándolo a la comunidad, ya que hay mucha evidencia de muchos planes que han tenido muy buenos resultados en varias partes del mundo.
A modo de conclusión, vemos que la prevención social de la violencia está muy vinculada a la educación de los ciudadanos y debemos tener una lógica cada vez más fuerte de involucramiento con la comunidad local, que sumado a políticas de prevención y protección estatales, nos hará vivir en sociedades cada vez más felices y serenas.
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